Vienen de la provincia china de Wangdong. Designaron representante argentino en Buenos Aires y ya dialogaron con los gobernadores de Mendoza y Misiones.
Venden prefabricadas para planes de vivienda y golpean de lleno a la construcción.
Uno de los sectores más golpeados desde la asunción de Mauricio Macri fue la construcción. A los miles de puestos de trabajo perdidos de manera directa hay que sumarle los otros miles de manera indirecta, entre ellos los de la industria maderera.
Ahora se enciende una nueva luz de alerta. Es que a la baja de la actividad hay que sumarle el temor por la incipiente importación de casas prefabricadas desde China.
“La Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) expresa su preocupación y la de sus 27 cámaras asociadas en todo el país por los trascendidos en referencia a la compra de casas chinas por parte del Gobierno Nacional en el marco de sus planes de vivienda, en detrimento de la consideración de opciones locales competitivas, como ser, el uso de madera en la construcción”, detalló FAIMA por medio de un comunicado.
Pedro Reyna, presidente de la entidad, contó que “ya en 2016 hubo visitas de chinos a la Argentina, asociados con un empresario nacional. Estuvieron ofreciendo las casas en una conversación con los gobiernos de Mendoza y Misiones, y ya se instalaron en Buenos Aires. Lo que estamos haciendo es poner un alerta sobre esta situación”, explicó al portal Letra P.
Los dos nombres de compañías que operan con cuadros en Argentina son las firmas Sinomach, una subsidiaria del grupo Sinoconst; y Sany. La primera se asoció en 2015 con la firma cordobesa Cor-Vial para fabricar maquinaria para construcción con una nueva marca; mientras que Sany (una compañía de máquinas para construcción) está desde el 2016 buscando la manera de ingresar al mercado argentino. De hecho, pensaron en algún momento en instalar una planta en Rosario, siendo Santa Fe uno de los polos más relevantes para el tema vivienda.
El propio Presidente Mauricio Macri quien, a la vuelta de la reunión del G-20 del año pasado, reconoció haber tenido contactos con la empresa Sany para evaluar la venta de viviendas en el marco del acuerdo económico con China. Según reflejó por entonces el diario La Nación, Sany está construyendo en Brasil y Sudáfrica. En ese artículo se adelantó además que el subgerente general de Sany Heavy Industry y presidente de Sany América Latina, Xu Ming, “prometió ser la empresa que el Presidente necesita para su deseo de ampliar los planes de viviendas en el país”.
Como es habitual en la externalización de negocios chinos, las compañías en cuestión están apalancadas por el ministerio de Asuntos Exteriores de la provincia china de Wangdong, y tienen una pata local que ya agendó en carpeta varias reuniones con funcionarios nacionales. En el caso de Mendoza, conversaron para importar 250 viviendas con una financiación a 10 años, éste el principal beneficio con el que los chinos le compite a la producción local. En principio, las casas chinas son prefabricadas de fibrocemento, ensamblables.
La movida ya fue advertida por la CGT. Fundamentalmente fue la Unión Obrera Ladrillera, que conduce Luis Caceres, el que empezó una importante cruzada contra la llegada de las casas chinas e incluso lo tiene como principal bandera en sus movilizaciones.
En las últimas horas Cáceres se refirió a la problemática y explicó que “ese programa de viviendas de la empresa Sany Heavy Industry pone de rodillas a los trabajadores ladrilleros”.
“El Estado tiene provisto avanzar con viviendas chinas que afectarán seriamente a la construcción y de forma específica a la industria ladrillera”, puntualizó el dirigente gremial, para quien ese tipo de proyecto atenta contra “el trabajador, ya que las casas están compuestas de hormigón y ni un solo ladrillo local”.