Ahora, un nuevo producto, que tiene la apariencia de un piso de canto rodado pero que requiere mínimo mantenimiento, permite realizar solados permeables al agua en grandes superficies continuas.
La ciudad de Buenos Aires y Tigre son algunos de los municipios que están implementado el reemplazo de los pisos de piedra o ladrillo partido en plazas y espacios públicos por estos revestimientos porosos.
Llamados genéricamente suelos drenanteseste nuevo producto es una alternativa para minimizar el impacto del agua de lluvia al permitir que escurra hacia la napa. Esta solución proporciona una superficie absorbente, con alta resistencia al tránsito y al desgaste.
Los pisos porosos se recomiendan para áreas exteriores, calles o estacionamientos porque evitan que el agua se acumule en la calzada y contribuyen a reducir el ruido del tránsito. En las industrias, son útiles para resolver requerimientos técnicos y municipales que exigen permeabilidad de algunas zonas. “Su porosidad, de hasta el 50%, permite escurrir hasta 800 litros por m2 por minuto”, explican desde Stickstone, una de las empresas que instala el producto.
Por otro lado, la estructura abierta que lo caracteriza reduce el porcentaje de absorción del calor, mejorando el microclima. Y resulta estable para resistir los ciclos de congelación y descongelación.
El piso está compuesto por áridos aglomerados con resinas epoxídicas o poliuretano (Elastopave de Basf) y funciona como un adhesivo para unir agregados inertes para formarlos en superficies continuas y resistentes. El producto impide que las raíces de las plantas rompan el pavimento, lo que garantiza una mayor durabilidad del solado en parques y veredas.
“Los pisos drenantes de poliuretano también son ideales para veredas de barrios privados o estacionamientos residenciales, ya que implican un costo menor a los pavimentos tradicionales, los tiempos de aplicación se reducen a la mitad”, destaca Marcelo Rosa, de Basf.
El empleo de diferentes tipos de piedras naturales aporta variadas terminaciones, y la posibilidad de añadir pigmentos o colorantes permite usarlo en todo tipo de diseños arquitectónicos.
El material cohesionante es transparente, por lo que el piso toma el color y la apariencia del tipo de árido utilizado. El margen para variar el tamaño del agregado y el espesor de la resina depende del peso que deba soportar el piso y del volumen de escurrimiento de agua requerido.
Para su instalación, generalmente se utiliza como apoyo el terreno natural. Sobre éste se arma una base de piedra partida de diferentes granulometrías, ausente de finos y compactada por medios mecánicos. Finalmente, la capa de terminación resulta de un espesor de entre 20 mm y 50 mm (según el uso previsto) y se conforma por áridos seleccionados, libres de polvos y secos. Esta mezcla se cohesiona con el aglomerante.
Por otro lado, este producto, aplicado en las azoteas transitables, actúa como un atenuador del escurrimiento del agua de lluvia, evitando la saturación de los desagües pluviales. Esta cualidad del piso lo convierte en un sistema eficiente para disminuir las escorrentías pluviales que son un gran problema urbano.
Fuente: Clarin Arq.